Detienes la RCP.
Apagas el monitor. Los ritmos idioventriculares lentos siguen danzando en el monitor demasiado tiempo después de que el cerebro de tu paciente sea puré y la familia, que ve demasiada TV podría pensar que el paciente sigue con vida.
Sales, como torero al ruedo.
No hay que hablar mucho. Uno ya ha aprendido a poner la cara de "tengo algo horrendo que decirte" y solo queda decir algo así como "falleció"
Luego los llantos, los gritos.
Llenas el certificado muy lentamente y te acercas a ver en que puedes ser útil.
En nada, desde luego. Pero te quedas un rato mas.
Piensas, te preguntas ¿podría haber hecho algo?. En Medicina Interna y mas específicamente en Cardiologìa las muertes son violentas, inesperadas. Nadie entiende como esa señora que estaba tan bien hace unas horas ahora está muerta.
Maldices, siempre hay algo que podrías haber hecho.
Siempre.
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3 comentarios:
Uy eso debe ser muy frustrante.
hay que tener vocación para ser médico. No todo el mundo puede
Nop, no todos pueden...
Uno se siente bien por eso.
Alguien tiene que hacerlo
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